miércoles, 28 de diciembre de 2016

Elogio de la dialéctica - Bertolt Brecht

La injusticia camina hoy con paso firme.
Los opresores se preparan para serlo durante diez mil años.
La violencia asegura: “Tal como está, seguirá todo”.
No suena otra voz que la voz de los dominadores
y en los mercados grita la explotación: “Ahora es cuando
               empiezo”.
Pero muchos de los oprimidos dicen ahora:
“Lo que queremos, nunca llegará”.

El que siga vivo, que no diga: ¡”nunca”!
Lo seguro no es seguro.
Tal como está, no seguirá todo.
Cuando hayan hablado los dominadores
hablarán los dominados.
¿Quién se atreve a decir: “nunca”?
¿De quién depende que siga la opresión? De nosotros.
¿De quién depende que sea destruida? De nosotros también.
Quien haya sido derribado, ¡que se alce!  
Quien esté perdido, ¡que luche!
¿Cómo podrán detener a quien conoce su situación?
Pues los vencidos de hoy son los vencedores de mañana 
y el nunca se convierte en “¡hoy mismo!”.



martes, 6 de diciembre de 2016

(a las cuatro de la mañana)

Hay horas del día en que siempre son las cuatro de la mañana:
hay días en que todas las horas son las cuatro de la mañana:
hay cuatro de la mañana que abarcan todo el día,
etc.
               Volvamos a empezar:
                                                           son
las cuatro de la mañana y estoy en pie como todos los días:
               voy
al baño, a la cocina: tomo agua: alguien habla, alguien
se ha olvidado las llaves,
oigo un bocinazo en la avenida: podría oír campanadas pero
               eso ya no sucede: en mi infancia
un reloj colgado en la pared daba cuatro campanadas: ¿cuándo
comencé a oír lo que a esta hora pasa? ¿siempre ha sido así?

A las cuatro de la mañana he oído música, motores, sirenas,
               peleas,
sin contar el zumbido interior, y no me quejo:
sobre algo
hay que saber todo
y yo sé todo sobre las cuatro de la mañana.

Bien o mal acompañado, aquí estoy conmigo 
hasta que se deshaga la reunión.

Santiago Sylvester, El que vuelve a ver, Ediciones del Dock, 2016.