miércoles, 25 de octubre de 2023

Nadie vive en esta casa - Florencia Defelippe

Es invierno, nadie vive en esta casa

los años hicieron su trabajo y todo huele

a madera mojada, a fuego roto y a humedad.


El viento trae la voz de las mujeres

que habitaron este bosque

y es tanta la nieve


cae sobre los cuerpos

quedan manchas negras

que los copos cubren

sin pausa.


Nadie va a encontrarnos

bajo estas capas

de hielo espeso


somos semillas

enterradas bajo la tierra

esperando florecer.


Como una gota

incansable

que cae sobre la roca

y la ablanda y la vuelve

materia dócil lisa amable


así 

mi corazón.


Nadie vive en esta casa, Florencia Defelippe, tanta ceniza editora, 2023.




martes, 17 de octubre de 2023

El espejo del mundo en Hablar de poesía


 









EL ESPEJO DEL MUNDO (Ediciones del Dock, 2023) de María Laura Decésare.

(Sonia Scarabelli)

El espejo del mundo, de María Laura Decésare, se inicia con un poema que es a la vez una plegaria y un agradecimiento. Lo que agradece el poema es un retorno, el de la poesía, y con ella, el de un modo de abrir los ojos a lo que quizás siempre estuvo ahí: los pequeños detalles que hacen el tiempo de una vida.

Así, lo que ya en el libro estaba claro desde esos primeros versos cadenciosos, serenos, que advertían: “La poesía vuelve como si siempre / hubiera estado ahí /...

Texto completo: https://hablardepoesia.com.ar/2023/10/10/algunos-libros-recientes-septiembre-2023/

miércoles, 11 de octubre de 2023

Tres poemas de Gustavo Tisocco

Ahora

que soy el solo

el solo más solo

que todos los que me ven

me llaman el solo

-ellos no saben

lo que te amaba-

porque yo amé

una vez

con un amor áspero y dolorido.


Yo te amaba.


Y cuanto más te amaba

más te alejabas.


Y así me fui transformando 

en este hombre solo

ya ni sé si triste

o acostumbrado.


Me llevo bien con la soledad

-digo-

él está solo

porque él lo eligió dicen.


Estoy solo

porque vos

no me elegiste.


Ahora sos diente de león en la brisa

yo

yo soy el solo.


Que el mar era mentira

el viento

y las mañanas

que no existía eso de la luz

ni las fieras en los bosques.

Que el cosmos era mentira.

Pero a lo lejos

el galope de un caballo

me hizo temblar.


Llorábamos al muerto

por lo no dicho

por lo vivido

y no

por los secretos

los aromas que pronto olvidaríamos

por la música.

Llorábamos al muerto

a cada muerto cada muerta

y rezábamos

a un Dios que no entendíamos

prendíamos velas

entre gladiolos y claveles

y llorábamos.

Al final quedamos solos.

¿Llorábamos al muerto?


Gustavo Tisocco, El solo, Halley Ediciones.

foto: @gustavotisocc69


martes, 10 de octubre de 2023

El espejo del mundo


CUANDO LA POESÍA PASA

La poesía vuelve como si siempre

hubiera estado ahí,

en el rincón más amable de la casa.

Y abrís los ojos como si tuvieras

lo amado enfrente.

Un verso puede ser el mejor mantra

que repetís como una plegaria

cuando la poesía pasa.

 

SECRETOS

En un libro de los tantos

que hay en la biblioteca

una foto permanece

oculta entre sus páginas.

Toda casa tiene un sitio

donde se atesora lo íntimo

y esta tiene el suyo.

Podés pintar las paredes,

una y otra vez, pero hay

nombres por donde mires.


El espejo del mundo, María Laura Decésare, Ediciones del Dock, 2023.




miércoles, 4 de octubre de 2023

Quiero de Alejandro Crotto

Mediodía


Vi un tábano. Fue así:

había mucho sol y yo estaba en la orilla.


Lo vi, quieto en su piedra. En un momento

alzó unas alas transparentes,

con nervaduras,

y después las bajó.


Detrás se oía el agua yéndose,

la sombra en los cipreses de la cuesta,

y arriba el cielo nuestro, que crujía.



La criatura


Sentí, desde muy lejos pero adentro,

un llamado: la voz en donde ríen 

las palabras que dicen la verdad.


Era a la vez perfectamente claro

y lejanísimo, al final de mí:

explosiones adentro de explosiones.


Pero ahora bien, se sabe, un hombre tonto

es mucho más pesado que una viga

de fierro, o un bolsón grueso de arena.


Es como si la flecha disparada

con infinito amor por el arquero

hacia el blanco que es él y está atrayéndola


creyera que es momento de frenarse

en un charco en el piso, y olvidada

de todo se admirase en su reflejo.



Alba


Quiero estar frente al mar: su rumor sordo,

su ruido circular que rueda y rueda, quiero

sentir cómo se rompe mientras dura.


El mar es esto: la obediencia perfecta

y el frío de la orilla.


Quiero estar frente al mar.


Quiero escuchar sin entender mil veces.



La rima llega al corazón sin pasar por el intelecto


Cuando agarro una piedra el perro ladra.


Lo mismo el fuego cuando empieza y crece:

chasquidos, mínimos crujidos

de ramitas y hojas.


Yo escucho: esto me pasa mucho.


Digo, lo de sentir la voz detrás.


¿La vos? ¿Detrás de qué?


No sé.



Quiero de Alejandro Crotto, audisea, 2023.




viernes, 29 de septiembre de 2023

El ambo más blanco de Lila Ferro

La multiplicación de los panes

La abuela contaba

que cuando eras chico

te servía la taza llena

y dejabas la mitad.

Alguien le sugirió entonces

que te sirviera media taza

y vos volviste a dejar

parte de lo servido

¿Temías a lo que pudieras

encontrar en el fondo?

¿O te sentías seguro

sabiendo que algo

se puede repartir

siempre una vez más?


En un abrir y cerrar

Yo abría y cerraba la mano

como quien tiene atrapada una luciérnaga

y no puede mirarla demasiado tiempo

porque la dejaría escapar.

Vuelan como chispas

desparramando luz

hasta que bajan y se esconden

más allá de los aromos.

¿Te acordás cuando salíamos a buscarlas

y las guardábamos en frascos

para usar como veladores?

Mamá mientras cantaba

“los gnomos luciérnagas llevan

para ver en la noche el camino”

nos obligaba a soltarlas

porque, según ella,

brillan más en el cielo abierto.

Pero yo no te podía soltar.

Era de miedo que abría y cerraba la mano

de miedo que te olvidaras de mí

y yo, de tu voz

que se volviera débil, chiquita

como se pierden de vista los que parten.

Uno quiere estirarse para alcanzarlos

pero ellos se alejan más y más

hasta volverse puntitos diminutos

y nosotros los seguimos saludando

como si el gesto repetido

pudiera guardar algo de su aliento.

Me miro el puño del tamaño del corazón

¿cómo tan pequeño pudo amarte tanto?

Quizá tuviera una propiedad elástica

o se dilatara con el calor, no sé

pero si ambos medían lo mismo

tal vez no era mi mano la que se abría y cerraba

era mi corazón el que latía

para que no te fueras.


Lila Ferro, Buenos Aires, Argentina.

El ambo más blanco, Ediciones del Dock, 2023.