viernes, 29 de septiembre de 2023

El ambo más blanco de Lila Ferro

La multiplicación de los panes

La abuela contaba

que cuando eras chico

te servía la taza llena

y dejabas la mitad.

Alguien le sugirió entonces

que te sirviera media taza

y vos volviste a dejar

parte de lo servido

¿Temías a lo que pudieras

encontrar en el fondo?

¿O te sentías seguro

sabiendo que algo

se puede repartir

siempre una vez más?


En un abrir y cerrar

Yo abría y cerraba la mano

como quien tiene atrapada una luciérnaga

y no puede mirarla demasiado tiempo

porque la dejaría escapar.

Vuelan como chispas

desparramando luz

hasta que bajan y se esconden

más allá de los aromos.

¿Te acordás cuando salíamos a buscarlas

y las guardábamos en frascos

para usar como veladores?

Mamá mientras cantaba

“los gnomos luciérnagas llevan

para ver en la noche el camino”

nos obligaba a soltarlas

porque, según ella,

brillan más en el cielo abierto.

Pero yo no te podía soltar.

Era de miedo que abría y cerraba la mano

de miedo que te olvidaras de mí

y yo, de tu voz

que se volviera débil, chiquita

como se pierden de vista los que parten.

Uno quiere estirarse para alcanzarlos

pero ellos se alejan más y más

hasta volverse puntitos diminutos

y nosotros los seguimos saludando

como si el gesto repetido

pudiera guardar algo de su aliento.

Me miro el puño del tamaño del corazón

¿cómo tan pequeño pudo amarte tanto?

Quizá tuviera una propiedad elástica

o se dilatara con el calor, no sé

pero si ambos medían lo mismo

tal vez no era mi mano la que se abría y cerraba

era mi corazón el que latía

para que no te fueras.


Lila Ferro, Buenos Aires, Argentina.

El ambo más blanco, Ediciones del Dock, 2023.




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