Ella se va con los ojos llenos de lágrimas
por la avenida del juicio y el desprecio.
Sin mirar atrás, su sombra se pierde
hasta olvidar su propio nombre.
La noche pesa tanto que los párpados
reclaman indulgencia.
No hay nada que pensar, sólo afrontar el peso
de no pactar con los demonios y animarse,
con el último aliento, a levantar el vuelo.
Un verso puede ser el mejor mantra/ que repetís como una plegaria/ cuando la poesía pasa.
domingo, 26 de mayo de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La grulla y la luna - Yau Noi
SAL Había sal en esa cocina brillante. El primer amor era / nuestra cena monótona Eres una diosa. La sal también lo es. El pinzón rojo n...
-
HUIDA DE LOBA A quien me pregunta cuántos amores he tenido le respondo que mire en los bosques para ver en cuántas trampas ha quedado ...
-
Ahora que soy el solo el solo más solo que todos los que me ven me llaman el solo -ellos no saben lo que te amaba- porque yo amé una vez con...
No hay comentarios:
Publicar un comentario