Les comparto el texto que escribió Graciela Paz sobre el libro Honrarás a tu madre de Ingrid Proietto (Ediciones del Dock, 2017).
Usted está leyendo un libro, pero usted no está en el altar
de la dulzura, ni en el elevado concierto de una metáfora perfecta. Tampoco en
el estanque de un realismo desdeñable, usted está allí, por decirlo de alguna
manera, en una pista de aviones del siglo XXI, sin lugar para un aterrizaje
forzoso y a mitad del vuelo.
En algún momento, si sigue con el libro, usted deberá
ponerse doble cinturón de seguridad porque entra en turbulencia, en zona de
risa, en vértigo de duda, en aires de sorpresiva polémica y entre-dichos.
No salte de la lectura, el viaje es corto y el lenguaje
coloquial es tan exacto que no admite caída.
Usted lee algo distinto y esto no es una pura convención
literaria ni un capricho, usted lee un libro que hace prevalecer hasta el final
la dichosa pregunta:
¡¿La madre al fin, se mata o qué?!!
¡¿Se arroja dentro de una palangana de whisky para
ahogarse mientras reclama a los gritos ser salvada así
planea un suicidio mas sofisticado para mañana?!
¡¿ La mina está loca, esta Lalo, está pirucha??!
No hay retórica aplicable a estas preguntas, usted leerá
ambigüedades que riman con verdades, pero Proietto, no le permitirá usar la
lógica sin que usted invierta en asombro, desdén, terror o carcajadas.
Como se puede observar nada coincide con nada, usté lea sin
cristalizarse en la página y la curiosidad será saciada, dele.
Eso sí ¿Honrarías a esta madre?¡¡!!
Se suplica tener en cuenta que no es la suya, la autora de
este relato aplica un realismo desmadrado y al mismo tiempo logra acordes
memorables.
Queden tranquilos, el final es abierto, los recursos de esta
“mami” tienen sustento para rato.
Digo que lo rico es lo distinto, lo lineal de pronto
desaparece y te encontrás con un “Viste, yo te lo dije" y se lo dice a
quien lee. Entonces, tenés que tomar partido de esa prosa que se propasa y te
zarandea el brazo.
En lo personal adoré las aristas y limaduras de este texto,
jugué a las payanas con Ingrid y me azoró esa justeza del lenguaje.
No sé porqué cuento estas cosas, no quiero parar el mundo
para que usted lo lea, pero sepa, con respeto, que todas las pinturas que
encuentre en sus páginas están hechas a mano.
Honrarás a tu madre y saludando en el atrio.
Por Graciela González Paz
Ediciones del Dock, 2017. |
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