lunes, 30 de marzo de 2015

Presentación de Diana Bellessi en el Encuentro de la palabra 2015

Continuando con el ciclo, recibimos con alegría a Diana Bellessi, nacida en Zavalla, provincia de Santa Fe, que vive en Buenos Aires pero durante el año pasa unos meses en su pueblo natal y otras temporadas en su casa del Delta. Para comenzar, quiero recordar una cálida tarde de enero de este año, junto a esta querida poeta, amiga y maestra a la que admiro, y que hoy tengo el honor de presentar. En su casa de Zavalla mientras tomábamos unos ricos mates, que Diana amablemente cebaba, Ingrid comenzó a contarle los preparativos del Encuentro de la palabra y le manifestó su deseo de tenerla nuevamente aquí, y así como quién ofrece una porción de pan dulce “ese que adoraba su Padre” y que había comprado especialmente para agasajarnos durante nuestra visita, Diana con alegría y sin vacilar  aceptó estar presente esta tarde con todos nosotros. Para mi asombro horas más tarde, ya en la heladería/café del pueblo cuando ultimaban detalles de su venida a este predio, no sé cómo fue pero de repente con su dedo me señaló para que fuera yo quién la presentara. Entre la sorpresa por la propuesta, la alegría mezclada con vergüenza, dudé, sí, me quedé muda. En silencio agradecí al cielo por su generosidad y cariño, y aquí estoy… aquí estamos. Ahora sí, qué decir de Diana Bellessi que ustedes no sepan de esta gran poeta argentina, de su infancia en el campo, de su vasta poesía, de sus viajes, de los talleres que coordinó en las cárceles de Buenos Aires, de las becas y premios recibidos: como la beca Guggenheim o el Premio Nacional de Poesía. De su trayectoria podría estar hablando horas pero quién quiere seguir oyéndome a mí estando Diana a mi lado, por eso prefiero dar paso a la autora de La edad dorada que nos mira Desde el ventanal o Cuando canta el gallo y que sabe Tener lo que se tiene, aunque le “faltan rastas en el pelo blanco de tan quemada por el lindo sol de marzo”. Sin demora se aproxima la rebelión del instante con una inconfundible voz, la misma que nos emociona en el documental El jardín secreto cuando afirma que “El mundo se achata cuando no lo amás”. Ahora sí, ya se acerca con sus Pasos de baile ha llegado Diana hace apenas unas horas de su pueblo natal, su querida Zavalla, para venir a leernos sus poemas o poemitas como le gusta decir a ella. Démosle la bienvenida, recibámosla con un fuerte y cálido aplauso como ella se merece.
Por María Laura Decésare.
En Tecnópolis.
28 de marzo de 2015.

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