Le hablo
a un
intercomunicador
pido una
habitación
me pregunto
si los
anónimos somos nosotros
o los que
están del otro lado
por un
buzón
aparece una
llave con un número
caminamos
por pasillos alfombrados
desodorante
de ambiente
puertas
blancas numeradas
todo parece
estéril
quizás
la entrada
a cualquier mundo
sea de esta
manera
abro la
puerta
con un
pequeño empujón
las luces
rojas
bañan cada
mueble
la cama
parece
una bolsa
de cuero
rellena de
agua
con cada
movimiento
hace un
sonido
como si
también
tratara de
devorarnos
los espejos
partidos
divididos
en lugares
que nunca
hubiese imaginado
me siento
como si fuera
Conan el
Bárbaro
solo
encerrado
en una cueva
con un
monstruo intocable
que se
desvanece
al querer
atravesarlo con la espada
a lo mejor
debería
romper los espejos
para que
esta noche
no haya
monstruos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario