Mediodía
Vi un tábano. Fue así:
había mucho sol y yo estaba en la orilla.
Lo vi, quieto en su piedra. En un momento
alzó unas alas transparentes,
con nervaduras,
y después las bajó.
Detrás se oía el agua yéndose,
la sombra en los cipreses de la cuesta,
y arriba el cielo nuestro, que crujía.
La criatura
Sentí, desde muy lejos pero adentro,
un llamado: la voz en donde ríen
las palabras que dicen la verdad.
Era a la vez perfectamente claro
y lejanísimo, al final de mí:
explosiones adentro de explosiones.
Pero ahora bien, se sabe, un hombre tonto
es mucho más pesado que una viga
de fierro, o un bolsón grueso de arena.
Es como si la flecha disparada
con infinito amor por el arquero
hacia el blanco que es él y está atrayéndola
creyera que es momento de frenarse
en un charco en el piso, y olvidada
de todo se admirase en su reflejo.
Alba
Quiero estar frente al mar: su rumor sordo,
su ruido circular que rueda y rueda, quiero
sentir cómo se rompe mientras dura.
El mar es esto: la obediencia perfecta
y el frío de la orilla.
Quiero estar frente al mar.
Quiero escuchar sin entender mil veces.
La rima llega al corazón sin pasar por el intelecto
Cuando agarro una piedra el perro ladra.
Lo mismo el fuego cuando empieza y crece:
chasquidos, mínimos crujidos
de ramitas y hojas.
Yo escucho: esto me pasa mucho.
Digo, lo de sentir la voz detrás.
¿La vos? ¿Detrás de qué?
No sé.
Quiero de Alejandro Crotto, audisea, 2023.
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